Desde otro ángulo

21 diciembre 2012


                                                                   
 Desde otro ángulo

27 de mayo de 2.011
Faltaban pocos metros para llegar a la cima, trepaba por  la arista que estaba helada, los guantes empapados, los dedos no me los sentía entumecidos por el frío, apenas sentía a lo que me afianzaba, la respiración se hacía más dificultosa y las pulsaciones se aceleraban cada vez más. La altura se estaba haciendo notar, las fuerza me abandonaba, la cabeza parecía que me estallaba, y de repente sentí que mis botas se hundían, noté sensación de vacío, era que caía, y de repente un fuerte dolor, mucho dolor  recorrió  todo mi cuerpo, un fuerte estrujón contra las piedras  un  gran sufrimiento llenó aquel vacío, y de repente no sentía nada  ni dolor ni miedo, una sensación de estar en blanco, no recordaba nada es como si planeara en el aire, y de repente comprendí que estaba muerto,  personas que no conocía me rodeaban,  hacían gestos con las manos,  me tocaban,  yo me veía y los veía desde arriba  desde el otro lado, más tarde llego gente que conocía , por fin ella llegó, arrastraba los pies no caminaba,  yo intentaba hablarle pero no me salía la voz, no se escuchaba nada, todo era silencio absoluto, no me creía esta situación,  me pellizcaba  pero no sentía nada,  pensaba que era un sueño,  y quería despertad de él.
Ahora te veía y te escuchaba llorar mi pérdida, estabas en casa con la familia, también lloraban, tiraste de rabia aquel florero, pude sentir ahora tu dolor, quise comunicarme contigo pero no me escuchabas, te hundías en la pena  y  yo no podía hacer nada, soy etéreo, impalpable, e invisible.
Soy una mente en pena viva, que vagabundea,  y errante va por la vida de los vivos, sin que ellos noten mi presencia, pero me siento libre ya no tengo móvil, ni ordenador ni voy a correr, ni tengo sed, ni siento el agobio de la calor. Pero esta situación me atormenta, me mortifica, soy como una mente sin cuerpo, no puedo levantar ni un solo dedo para hacer llamar tu atención.
Ahora todo ha cambiado…  ya no regañamos, voy repasando los años  solo quedan recuerdos de una vida que nos esforzamos por ser felices y ahora  desde este ángulo  se  que la disfrutamos y que tuvimos nuestra recompensa,  me emociono.
Ahora siempre estoy a tu lado, te veo, te siento y te escucho pero no soy capaz de que me sientas a tu lado,  este es mi tormento y mi sufrimiento, no sé cuánto tiempo estaré a tu lado,  es doloroso y hasta ¿cuándo soportaras tu soledad?  ¿Cuándo te olvidaras de mi?,  cuando estés preparada para estar con otra persona que te quiera, incluso que te atienda más que yo,  ese será el día que no vuelva más  y me iré lejos a cualquier otra montaña,  allí estaré en soledad… por toda eternidad.
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